Ingredientes
- Conejo.
- Harina de trigo.
- Aceite de oliva.
- 1 Cebolla.
- 4 dientes de ajo.
- Vino blanco, 200 ml.
- Almendras, 40 g.
- Perejil.
- Hierbas provenzales.
- Sal.
- Pimienta negra molida.
Elaboración
Comenzamos troceando varios conejos jóvenes. La cantidad dependerá del número de comensales.
Con cuidado vamos quitando los huesos del conejo sin romperlos.
Enharinamos los trozos con harina blanca de trigo y freímos hasta dorarlos.
Retiramos la carne y, sobre la grasilla con aromas que se ha quedado, sofreímos una cebolla picada y cuatro dientes de ajo. Añadimos 2 cucharas de harina y cocinamos todo hasta tostarlo durante aproximadamente 15 minutos. Este paso es crucial o el sabor de la harina se apoderará del ligero sabor de la carne de conejo.
Después añadimos una copa de vino blanco, perejil, hierbas y sal al gusto.
Incluimos de nuevo en la cazuela el conejo. Salpimentamos y añadimos un puñado de almendras y pan frito. Lo dejamos cocer unos 20 minutos.
Por último emplatamos e incluimos de acompañamiento al conejo unas patatas asadas o fritas. Cortadas con maña y alegría.
Historia
Esta receta lleva intrínseca parte de la niñez de Eduardo Comín. Su bisabuela Florencia Marco, que vivía en un pequeño pueblo de Teruel, trabajó duro como molinera, panadera y recolectora del mejor Azafrán de España, que recogía en el valle del Jiloca.
Hacía como nadie el pan, los escabechados y las conservas, nos comentaba su nieto.
Este conejo lo cocina así, según sus enseñanzas y su método.
Receta de Eduardo Comin Diarte.
Instagram: @eduardo_fuckerchef